que el de querer ser querido
con celoso ojo admiro
al que al amor es sujeto.
Mas sin ataduras busco
con fin seguro honorable
no para mis hijos madre
sino dueña de mi mundo.
Difícil meta se cita
y fácil senda no hallo
por eso sólo me callo
cuando el alma sólo grita.
Y grita por compasión
de un corazón magullado
por los golpes recibidos
con remite de traición.
Ayer fuiste Laura, nadando desnuda en el mar, animándome
entre gritos y risas a compartir tu baño de medianoche.
Hoy eres Paula, con tu vestido veraniego al lado de los
rosales, embriagándote con los perfumes del jardín, extasiada.
Mañana no sé quién serás, pero al cerrar los ojos te
imaginaré de nuevo, dichosa, sonriendo, queriéndome y deseándome, y entonces puede que vuelva a dormir feliz.