viernes, 23 de agosto de 2013

Otoño

A ocaso viento y ocre
luz pálida y adiós
a viento frío, a silencio
a sentencia de bostezo de un verano que durmió

El otoño huele a río
a un amor que templa el tiempo
al temor de un corazón que llora sin un motivo
en busca del adjetivo que describa un sentimiento
que provoca veloz pulso y hace temblar una voz.




Cabellos en la almohada, en la chaqueta, en la ducha, y en el peine… Hoy era el día elegido para decirle lo que sentía, pero ese síntoma de que ya no era el mismo de antes le hacía sentirse inseguro.

-Los robles también pierden sus hojas, y siguen siendo árboles preciosos –se dijo.


Pero los robles recuperan sus hojas al llegar la primavera, y la suya ya pasó hace tiempo, para no volver nunca.



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